Hoy, a puro egoismo, digno de un cumpleañero, me regalo un tema de uno de mis artistas preferidos que, casualmente, este 12 de Febrero también está cumpliendo años: Joaquín Sabina. Claro, elijo uno de ese gran disco que fue "Yo, mi, me, ... contigo": Y sin embargo. Jugando a las efemérides, también me regalo una viñeta de un libro hermoso, de mi escritor y persona favorita, un tal Julio Florencio Cortázar, que justamente hoy, 12 de Febrero de 2010, se cumplen 26 años desde que su gran obra tuviera un punto final.
Y sin embargo - Yo, mi, me.... contigo.
La educación del Principe - de Historias de Cronopios y de Famas.
Los cronopios no tienen casi nunca hijos, pero si los tienen, pierden la cabeza y ocurren cosas extraordinarias. Por ejemplo, un cronopio tiene un hijo, y enseguida lo invade la maravilla y está seguro de que su hijo es el pararrayos de la hermosura y que por sus venas corre la química completa con aquí y allá islas llenas de bellas artes y poesía y urbanismo. Entonces este cronopio no puede ver a su hijo sin inclinarse profundamente ante él y decirle palabras de respetuoso homenaje.
Y sin embargo - Yo, mi, me.... contigo.
La educación del Principe - de Historias de Cronopios y de Famas.
Los cronopios no tienen casi nunca hijos, pero si los tienen, pierden la cabeza y ocurren cosas extraordinarias. Por ejemplo, un cronopio tiene un hijo, y enseguida lo invade la maravilla y está seguro de que su hijo es el pararrayos de la hermosura y que por sus venas corre la química completa con aquí y allá islas llenas de bellas artes y poesía y urbanismo. Entonces este cronopio no puede ver a su hijo sin inclinarse profundamente ante él y decirle palabras de respetuoso homenaje.
El hijo, como es natural, lo odia minuciosamente. Cuando entra en la edad escolar, su padre lo inscribe en primero inferior y el niño está contento entre otros pequeños cronopios, famas y esperanzas. Pero se va desmejorando a medida que se acerca el mediodía, porque sabe que a la salida lo estará esperando su padre, quién al verlo levantará las manos y dirá diversas cosas, a saber:
-Buenas salenas cronopio cronopio, el más bueno y más crecido y más arrebolado, el más prolijo y más respetuoso y más aplicado de los hijos!
Con lo cual los famas y las esperanzas junior se retuercen de la risa en el cordón de la vereda, y el pequeño cronopio odia empecinadamente a su padre y acabará por hacerle una mala jugada entre la primera comunión y el servicio militar. Pero los cronopios no sufren demasiado con eso, porque tambien ellos odiaban a sus padres, y hasta parecería que ese odio es otro nombre de la libertad o del vasto mundo.
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