Hace un tiempo leí una entrevista a Mariano Llinás, integrante de El Pampero cine, y director de Historias Extraordinarias, en la que decía algo interesante sobre el cine, el rock, el teatro y sobre Pablo Dacal. Lo comparto....
Revista Los Inrockuptibles (2006)
L.I: ¿Qué balance hacés del cine local este año?
Llinás:_Salvo la de Burman, la de Trapero y alguna otra, este año fue terrible. El cine argentino se está pareciendo de nuevo al cine que se tenía que desbancar. Se está pareciendo a la mierda de los ochenta. Todas las películas argentinas de este año son “cine nacional”.
L.I: ¿Cómo es eso?
Llínás:_En este país el cine tiene el lastre de la solemnidad y la gravedad, que está para mí inexorablemente ligado a cierta inscripción en un modelo e imaginario llamado “cine nacional”, al cual todavía hay que hacerle la guerra de una manera fuerte. El “cine nacional” es como el “rock nacional”: una manga de plomos y de viejos de mierda… Hace un tiempo que dejé de estar encerrado en el ámbito del cine y traté de abrirme a otros campos. Y lo que se puede ver en otras áreas de la cultura argentina es completamente distinto. Empecé a prestarle más atención al teatro que al cine. Y cuando vas a ver teatro independiente, el nivel de talento que se percibe en el ambiente es de un grado de florecimiento y de disfrute creativo que a mí, en tanto cineasta, me da vergüenza. Son dueños de su arte, son modernos y a la vez ligeros… Al lado de ellos somos del siglo dieciocho. Lo mismo puede pasar con la música. En el cine no hay un Luca Prodan o un Pablo Dacal: hay Ceratis… Al cine argentino le falta rock. Así como Sumo no es “rock nacional”, yo no hago “cine nacional”.
Para leer completa: http://www.losinrockuptibles.com/llinas.htm
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